martes, 14 de mayo de 2013

EN LA FINCA MATABUEYES

Lo descubrí por pura casualidad. Durante mis últimos dos años de trabajo en la construcción, mis días transcurrían en un pequeño pueblo madrileño, que dormita junto al aeropuerto de barajas, Paracuellos del Jarama. Desde éste, se adivina colgado en una cornisa por donde asoman sus tejados, que, al salir del túnel que atraviesa las pistas, se recortan contra el cielo de la mañana. Hice ese camino durante más de dos años todos los días, de Lunes a Viernes, acometiendo la empinada carretera, que parece un puerto de montaña, que permite el acceso al pueblo, y nunca había oído hablar de la finca matabueyes. Tubo que ser tiempo después, cuando buscaba a mis 49 años un nuevo trabajo, cuando me di de bruces con ella.
En dicha finca, que se encuentra al final de una maltrecha pista asfaltada que bordea el río Jarama, se encuentra otra empinada cuesta que muere en dicha finca, donde se encuentra el Centro de Formación de la Comunidad de Madrid, el antiguo PPO, y hoy rebautizado como centro de formación de distintas consejerías que cambian cada poco tiempo. Pero el Centro es el mismo de siempre, desde 1974, y hasta él llegan a diario, igual que yo, cientos de personas que luchan y se pelean por obtener una mejor formación para poder conseguir mejores expectativas para reintegrarse en un mercado laboral que se empeña en mantenernos al margen.
Yo accedí a dicho centro como profesor de topografía, para impartir un curso donde iniciar a los alumnos en ese campo de la construcción, tan bonito pero tan denostado, y después, seguí, de forma intermitente, dando cursos de formación para encargados de obra civil. Han sido casi tres años de un trabajo arduo, pues formar alumnos lo es ( y debería serlo siempre). Muchas noches preparando clases, presentaciones, prácticas. Pero es una tarea gratificante. Siempre me ha gustado poder compartir lo poco o mucho que se con el resto del a gente, y me gusta ver como, sus miedos y dudas del principio al final se disipan y te agradecen, al final, tantas noches de trabajo. Pero lo mejor de todo ha sido conocer a tantas personas, cada una con sus historias y problemas, que te aportan mucho más de lo que yo pueda aportarles a ellos: vivencias, formas de solucionar problemas cotidianos, amistad.
Gracias a ellos, he crecido un poco más como persona, y gracias a ellos, puedo escribir estas líneas con un mucho de nostalgia por aquellos ratos en el aula, o tomando el café del desayuno o la merienda, donde, entre todos, intentamos buscar soluciones a tantos problemas que nos agobian hoy en día, las más de las veces sin conseguirlo, pero siempre con buen humor y camadarería.
En algunos círculos del gobierno se dice que estos centros no sirven para nada. Que el gasto que supone mantener esta formación no esta justificado. Desde aquí, a todos esos que abogan por acabar con la formación alternativa de miles de personas, tan sólo les diría que se pasen un día por uno cualquiera de estos centros, y vean el tesón y el esfuerzo que miles de personas gastan todos los días por intentar ser mejores, por estar más preparados, por negarse a rendirse. A esos que critican estos centros, les pediría que gastasen sus esfuerzos en criticar el sistema económico en el que hemos caído y que valoren a tantas personas que ponen en juego todos los días lo único que les queda o les han dejado: el esfuerzo para levantarse y luchar con tesón, pese a todas las trabas que la sociedad les pone.
A todos mis amigos alumnos, profesores y técnicos de Paracuellos, Gracias por haberme permitido disfrutar de vuestra compañía y haberme dejado compartir algo con vosotros.
El segundo curso de encargados de obra civil al completo

Empezando con la clase

En la zona de prácticas de las maquinas

Visita a las instalaciones de la maquinaria

Aprovechando los rayos de sol primaverales

Practicando con el nivel en los cerros de la finca

Nivelando en una de las prácticas de topografía


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